Qué dificultoso es escribir hoy, agosto de 2021, sobre la actualidad en comercio exterior. La experiencia diaria de trabajar en esta área se ha convertido en un mix entre una montaña rusa y una carrera de obstáculos.
Debido a que las reglas de juego cambian cada semana, se hace preciso volver a planificar lo estipulado. Y esto no es así exclusivamente por la inestabilidad de nuestra política de comercio exterior, sino también por la incomprensible situación del flete internacional, que desalienta todas las predicciones, y provoca que la transacción de importación y exportación se vuelva insostenible.
Lamentablemente, las perspectivas para el futuro no son muy alentadoras, ni a nivel nacional ni internacional. A continuación, presentamos un detalle del escenario actual:
1- La obtención de una LNA (licencia de importación no automática) es cada vez más trabajoso porque estamos a un paso de una prohibición total de importaciones para rubros como: zapatos, textiles, juguetes, bazar, automóviles, electrodomésticos, muebles, etc.
2- Quienes toman medidas cautelares están siendo sancionados con la exigencia de intervención del INTI. En esta institución se encuentran abrumados al recibir numerosos pedidos de análisis de producto para obtener una DJCP (Declaración Jurada de Composición de Producto), ofreciendo demoras de más de 60 días.
Además, la inexplicable acción de la Secretaría de Comercio de pasar la instancia de LNA para quienes tomaron algunas cautelares a una observación SC4, lo que significa más requisitos especiales para presentar antes de los 10 días calendario posteriores al cambio de estado, y sin advertir qué información necesitan. Vencido el plazo, la Secretaría de Comercio proporcionará automáticamente la baja a la SIMI solicitada sin más explicaciones.

3- El pago de las operaciones es un desafío en toda presentación, ya que cada vez se agregan más requisitos en declaraciones juradas y documentos. Cabe aclarar que cada banco tiene sus propios procedimientos, y las inconsistencias se pueden ver en los requisitos e interpretaciones legales de una institución a otra.
Finalmente, hay que destacar cuán impracticable es realizar pagos de servicios en el extranjero, no solo a nivel de requisitos, sino también en cuestión de impuestos, donde el recargo es demasiado alto.

4- Los precios del flete internacional se han disparado como una bala desde agosto de 2020 y alcanzaron un pico de US $ 10.000 en enero. Cuando se esperaba que todo caiga a mediados de año, por el contrario, han vuelto a batir el récord de valor de US $ 12.500 en estos días. Para ser clara: los grandes monopolios del transporte internacional vieron la oportunidad de ganar mucho más con menor esfuerzo (baja oferta y alta demanda, luego del comienzo de la pandemia). De esta forma, han duplicado las ganancias en el 2021 con la mitad de la oferta respecto del 2020. Esta situación incluso afectó a las cargas IMO catalogadas como “peligrosas” (ej. Baterías), que son rechazadas por todas las líneas marítimas y se encuentran en este instante sin posibilidad de embarcarse por vía marítima.

5- Desde que el puerto de Buenos Aires (el más caro de Sudamérica) cerró una de sus terminales de carga hace unos meses, se generó un cuello de botella en los turnos para sacar mercadería de aduana. Esto ha dado oportunidad en muchos casos a la llamada «salida fuera del forzoso «. A esto se le suma la escasez de contenedores en la plaza reduciendo el tiempo válido para el retorno de los contenedores vacíos y aumentando nuevamente los costos.

6- Según lo detallado hasta aquí, podemos afirmar que las exportaciones de nuestro país se ven gravemente afectadas. Debido a la baja de las importaciones y la menor oferta de fletes, la distribución de contenedores para productos de exportación es escaso y los artículos se retrasan incumpliendo los términos de entrega pactados con nuestros clientes internacionales.

7- El Estado aplica cada vez más regulaciones sobre qué se puede exportar, cuánto, a qué valor y con qué aranceles, y no se cuenta con una fecha cierta de los llamados “reintegros de exportación”. Todo esto también dificulta las exportaciones, principal vía de ingreso de dólares estadounidenses al país.

8- Finalmente, hay escasez de personas idóneas que puedan asesorar y advertir en todos los temas y prever cómo sobrevivir en este contexto. Muchos improvisados y oportunistas vieron la forma de aprovecharse de esta situación tan caótica. Así, el golpe a las empresas de importación y exportación es aún mayor.

En el corto y mediano plazo, el escenario político y económico del país y el incremento de los precios de los fletes internacionales hacen que el panorama se vea muy complicado. Por eso, insisto en que lo más importante es decirles a los dueños y CEOs de comercio exterior que es hora de estar atentos y comprender, revisar costos y procesos, analizar a los operadores, capacitarse e involucrarse si lo que pretenden es seguir involucrándose en el comercio exterior y no morir en el intento.

Para terminar, quiero dejar una reflexión estimulante diciendo que: no importa en la situación en la que te encuentres, siempre se puede ser objetivo, positivo y asegurar la claridad mental porque de eso depende la recuperación: mantener la mente clara, con los objetivos más firmes que nunca, libre de conflictos, en el tiempo presente, sin desatender el futuro. Aún en un escenario difícil como el actual, y más que nunca, enfocarse en que es posible salir adelante con el asesoramiento de profesionales preparados que trabajan día a día en facilitarle el camino a quienes continúan apostando al apasionante mundo del comercio exterior.

Lic. Ana María Videla

IBAC | International BA Consulting