Sabido es que en Argentina la inflación es uno de los problemas macroeconómicos de más larga duración y más difíciles de resolver para gobiernos de distintos signos políticos. Sin embargo, a raíz de varios factores, los aumentos de precios se convirtieron en una de las principales preocupaciones para casi todos los países del mundo que buscan dejar atrás la etapa más dura de la pandemia de Covid-19.
¿Por qué está sucediendo esto? ¿Cómo afecta a un país como el nuestro, donde la inflación anual promedio de los últimos 10 años es cercana al 35%? Para responder estos interrogantes Ámbito consultó a distintos especialistas en la materia, que avizoran piedras en el camino de la reactivación económica.
Congelamiento de precios: inflación se desaceleraría en torno al 3% en noviembre
La inflación bate récords en el mundo
En Estados Unidos, principal potencia mundial, los precios aumentaron, en términos anuales, un 6,2% en octubre, récord desde 1990. Con la misma tónica, la inflación alcanzó máximos de casi 30 años en Alemania y España, para poner tan solo dos ejemplos de una situación que afecta a gran parte de los países europeos.
En China, por su parte, las subas de precios se reflejaron en el índice mayorista, que creció a su tasa más alta desde 1995 producto, principalmente, de los problemas energéticos y las dificultades en la cadena de suministros a nivel global.
En un informe publicado esta semana sobre el tema, la consultora Equilibra sostuvo que esta aceleración inflacionaria tiene varias causas. Entre ellas remarcó:
- La ”laxitud” de la política monetaria, que redujo las tasas de interés elevando la cotización de los commodities,
- Un patrón de consumo más direccionado hacia bienes que hacia servicios pero con inflexibilidad a la baja en el precio de estos últimos. “La inesperada demanda de bienes desbordó a la capacidad de producción, incluida la logística y recientemente la energía”, profundizó Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de Equilibra .
- Un crecimiento de los salarios impulsado por un fuerte crecimiento de la demanda laboral, frente a una oferta más rígida.
Las dos principales economías latinoamericanas tampoco están a salvo de este flagelo. Brasil sufrió en octubre su inflación mensual más elevada desde 2002 y la interanual trepó al 10,7%. Paralelamente, el subgobernador del banco central mexicano ya advirtió que su país está enfrentando los mayores aumentos de precios en 20 años.
¿Cuánto y cómo impacta en Argentina?
En Argentina la situación es distinta ya que los niveles de inflación se encuentran entre los más altos del mundo desde hace más de una década. Sin embargo, la coyuntura internacional echa todavía más leña al fuego.
Sigaut Gravina sostuvo que el factor internacional “juega un rol” en la dinámica inflacionaria de Argentina aunque su poder explicativo es “acotado”. Según un informe de Equilibra realizado a mediados de este año, entre octubre de 2020 y abril de 2021 la performance de los precios internacionales aportó, por lo menos, 4 puntos adicionales a una inflación que fue del 30,9% durante ese período. Desde la consultora anticiparon que para fin de año volverán a realizar ese ejercicio para determinar la influencia del contexto externo en la aceleración de la inflación durante estos últimos meses.
Por su parte, el director de Anker Latinoamérica, Federico Furiase, sostuvo en diálogo con este medio que, más allá del contexto mundial, el problema de la inflación en Argentina tiene que ver «con los desequilibrios macroeconómicos acumulados, la falta de un anclaje creíble de expectativas hacia adelante y una inercia ya lanzada».
Según las estimaciones de las consultoras y entidades financieras que participaron del último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), los precios acumularían un incremento promedio de 50,3% en todo 2021, lo cual significaría la segunda marca más alta desde 1991, detrás del dato de 2019.
A pesar de los grandes aumentos en rubros como vestimenta o alimentos, vale destacar que la crisis energética a nivel global no tuvo el mismo impacto en el país que en otras partes del mundo. El Plan Gas parece haber tenido gran relevancia para desacoplar el precio local del internacional, y a la vez elevar los niveles de producción a nivel interno.
Sigaut Gravina celebró el estímulo a la producción local de gas en este contexto de elevados precios internacionales, debido al ahorro de divisas que esto implica, teniendo en cuenta que Argentina es importador neto de este hidrocarburo.
Según afirmaron desde el Gobierno, el Estado se ahorró u$s1.000 millones teniendo en cuenta que el precio del Gas Natural Licuado aumentó desde los u$s3/u$s4 por millón de BTU hasta la zona de los u$s30 durante el último año.
El problema de las tasas y los commodities
Frente a la aceleración de los precios, los bancos centrales de la región ya comenzaron a subir sus tasas de interés. Tales fueron los casos de países como Brasil, México, Chile, Perú y Uruguay. Mientras tanto, en EEUU la Reserva Federal (Fed) por el momento solo redujo su programa de estímulo monetario vía compra de bonos y en el mercado estiman que las subas de tasas comenzarán a mediados del año que viene.
«Como hay inflación en el mundo, hay expectativa de suba en las tasas de política monetaria, suba en las tasas de los bonos del tesoro de EEUU y, en ese contexto, tenés depreciación de monedas emergentes y bancos centrales emergentes que tienen que subir sus tasas. La presión a la depreciación es una fuente de presión inflacionaria. Cuando se deprecia el real brasileño, se aprecia el tipo de cambio real multilateral de Argentina y eso pasa factura en las expectativas de devaluación«, afirmó Furiase.
«Que el BCRA no haya subido la tasa a pesar de la aceleración inflacionaria en Argentina es un problema para anclar expectativas. Hoy la política antiinflacionaria de la autoridad monetaria es la esterilización (absorción de pesos) vía Leliqs y el atraso en tarifas y tipo de cambio oficial. Pero esas anclas pierden eficiencia; el stock de pasivos remunerados genera un factor de emisión monetaria endógeno, el aumento en el gasto en subsidios energéticos implica una mayor emisión y el ancla del tipo de cambio nominal con una brecha del 100% y u$s3.500 millones de reservas netas cada vez tiene menos efecto», agregó.
Al respecto, Sigaut Gravina aseguró que la suba de tasas en Argentina toma relevancia en la comparación con el tipo de cambio ya que es «clave» para contener al dólar y evitar que los precios se disparen por esta vía
En el contexto de la suba de tasas, desde Equilibra estiman una desaceleración en el crecimiento económico del mundo para 2022 y un deterioro en los términos de intercambio para Argentina. “El principal riesgo para el país es que, si continúa el descenso en el precio de los commodities, se deterioren los términos de intercambio e ingresen menos divisas”, detalló Sigaut Gravina.
En resumen, si bien la escalada de los precios en el mundo explica una parte pequeña de la inflación en Argentina, lo cierto es que agrega una dificultad adicional a la hora de avanzar hacia un plan de estabilización. Adicionalmente, la respuesta de los Estados nacionales frente a este problema podría enfriar los procesos de recuperación y deteriorar el posicionamiento del país en materia de comercio exterior.
Fuente: Ambito.com