Estamos viviendo desde hace un tiempo un proceso de cambio, donde la tecnologización, la intangibilidad de la producción, la creciente comunicación, el saber organizacional, el capital intelectual y la innovación; son los actores principales de esta nueva realidad, más aún por efecto post-pandemia, lo que nos llamará a generar mayor confianza y previsibilidades por parte de empresas y productos.
Algunos de los efectos de este cambio son:
- Mayor sensibilidad en la percepción de los consumidores.
- Comienza el fin de las ventajas competitivas y la “ADAPTABILIDAD” es la nueva virtud esencial.
- Lo físico es cada vez menos relevante y los productos deben competir en base a cualidades.
- Surge la necesidad de los vínculos relacionales, cooperación y retroalimentación con socios complementarios.
- Una perturbación sin precedentes de la economía y el comercio mundial.
Todo esto, supondrá entonces “un pensar de nuevo», saber, actuar en consecuencia, elegir aliados, distinguir la producción, entender paradigmas novedosos y adaptar personas, organizaciones, productos y estrategias. En consecuencia, nos obliga a PROFESIONALIZARNOS para subsistir y prevalecer evitando caer o escapar de “LA TRAMPA DE LA NORMALIDAD” entendiendo que todo aquello que creímos “NORMAL” , YA NO PUEDE SER y centrarnos en:
- EL CÓMO DEBERÍA SER, para obtener los resultados esperados.
- CÓMO IMPLEMENTAR UNA GESTIÓN estratégica de comercio exterior inteligente.
- CÓMO OPTIMIZAR COSTOS para maximizar la rentabilidad.
- Y CUÁL ES EL PERFIL adecuado para operar en comercio exterior en todos los niveles.
Sin dudas, salir de la zona de confort marca un desafío, pero es indispensable para crecer si lo que se pretender es PERMANECER.